A un violinista en pleno concierto se le rompió una de las cuatro cuerdas del instrumento.
Optó por adaptar la melodía a las tres cuerdas restantes y cuando le preguntaron cómo es que no se detuvo, respondió: “A veces hay que saber cuánto se puede llegar a hacer con lo que queda” La realidad nos pone a prueba a menudo. ¿Eres de las personas que se lamentan de su suerte, o de las que se preguntan qué les queda y qué podrían hacer para restablecer el equilibrio? Para que vuelva a sonar la música, es conveniente, en primer lugar, aceptar las cosas como se produjeron, tomando consciencia de lo que tienen de reto y de aprendizaje; para paliar el sufrimiento de desear que las cosas sean distintas.
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Santiago CherbitPsicologo Archives
Noviembre 2020
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