![]() Frecuentemente se encuentran las causas del bullying en las aulas y las relaciones entre familia y escuela, y las medidas de prevención principales son las siguientes: • Afrontamiento de conflictos sin violencia, a través de la negociación y la mediación • Atajar las conductas de mirar hacia otro lado. • Comunicación estrecha entre la familia y el centro de enseñanza porque ayuda a resolver los problemas y mejorar la autoestima. • Comunicación profesorado- alumnado • Desarrollo de la empatía • Enseñanza actualizada a los últimos cambios sociales • Medidas contra la violencia y la impunidad, diferenciando víctimas y personas agresoras • Normas de disciplina para respetar los límites y motivar cambios cognitivos, emocionales y conductuales. • Opciones a la violencia • Operativización de los Derechos Humanos • Prevención de la intolerancia, el sexismo, la xenofobia • Promocionar el trabajo en equipo en el alumnado para prevenir la exclusión a través de la diversidad
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![]() No hay más que echar un vistazo a los medios de comunicación para saber que los conflictos de estudiantes escolares es una preocupación social mundial, como si se hubiera perdido la habilidad de entenderse entre sí con respeto y tener una buena vida social. Según el studio Explicative factors of face-to-face harassment and cyberbullying in a sample of primary students. Psicothema, 27(4), 347-353., el bullying implica algo más que conductas agresivas puntuales pues hace referencia a las relaciones en el que unos escolares que imponen intencionada y repetitivamente su poder físico, social, o psicológico a una víctima incapaz de defenderse. El ciber acoso, además, puede ser anónimo y capacidad de difusión, llegando al hogar de las víctimas a través de internet: emails intimidatorios, fotografías retocadas, difamación en redes sociales e incluso páginas web agresivas. Así pues en una situación de buying tenemos víctimas, agresores y espectadores. Los agresores molestan a las víctimas con la complicidad o pasividad del resto de los compañeros, comenzando con burlas sistemáticas, pudiendo llegar a agresiones físicas. Las principales señas de identidad de los agresores son: • Desea dominar al otro para sentir poder y tener reconocimiento. • Tiene pocas habilidades sociales y escasa empatía. • Suele sufrir violencia en su familia. • Escasa capacidad de autocrítica y de percepción de la realidad. En el acosado encontramos: • Sumisión. • Autoestima, autoconfianza y autonomía bajas. • Dificultades para defenderse. • En algunos casos son diferentes al resto en algo: raza, religión, físico, etc. El bullying suele tener lugar en el aula y en el patio de la escuela y afecta principalmente a sujetos entre 12 y 15 años. El acosado empieza a • sentir miedo de ir al colegio, retrayéndose ante sus compañeros y familiares, y enfermando para no ir a clase • mostrar cambios de humor repentinos • experimentar decrementos en el rendimiento escolar La percepción de conflictividad y el desajuste a las normas de contexto (deseo de aceptación por parte de los demás) del colegio, además de los factores personales incrementan las probabilidades de bullying. En el anonimato del cyber bullying, una autoestima baja puede ser un factor de riesgo para las ciber víctimas, que padecen las agresiones frecuentemente en silencio. ![]() En 1909, Titchener creó el término “empatía” valiéndose de la etimología griega εµπάθεια, que es la cualidad de sentirse dentro. A veces somos capaces de sentir como se encuentra otra persona; de hecho, según Köhler la empatía consiste en la comprensión de los sentimientos de los otros Solemos entender por empatía la habilidad mental para conectar con los demás comprendiendo lo que piensan y sienten, según sus mapas. También se le llama inteligencia interpersonal por tratarse de comprender el universo emocional de la otra persona. Los aspectos cognitivos y afectivos de la empatía tienen que ver con nuestro cerebro (Chlopan, McCain, Carbonell y Hagen, 1985). La corteza prefrontal está implicada en el proceso empático, a través de áreas como: • lóbulo prefrontal medial • lóbulo temporal • surco temporal superior • lóbulo parietal inferior • estructuras límbicas • neuronas espejo. Para que haya empatía hay que ver la vida del otro como si lo hiciéramos con sus ojos, evitando los juicios morales y los sentimientos como la simpatía y la antipatía, llegando de esta manera a sentir igual que el otro y comprender los deseos, actitudes, sentimientos, reacciones y problemas del otro, poniéndonos en su lugar y afrontando sus reacciones emocionales. Una de nuestras barreras internas frecuentes para la empatía es retraernos a la hora de expresar nuestros propios sentimientos. Como barreras externas para la expresión emocional son aquellos relacionados con la reacción que se espera del otro. Por ejemplo: • No darle importancia a la causa de su preocupación o sufrimiento, como si así se fuera a sentir mejor. • Analizar lo que el otro dice a través de nuestro mapa. • Afirmaciones como “así no vas a lograr nada”, “¿por qué haces siempre lo mismo?”, “etc.”; • Sentir lástima. • Presentarse como un ejemplo positivo, comparando su situación con una nuestra Acompañaba a mi amiga con su bebé de 8 meses a una terapia contra el cáncer que este padecía. Me sentaba con ella, y durante horas escuchábamos a las visitas decir “No te preocupes, todo saldrá bien”. Cuando nos encontrábamos a solas me miraba con lágrimas en sus ojos y me decía: “¿No saben que tanto optimismo me hiere? ¿No se dan cuenta de que no me dejan hablar acerca de lo que me preocupa; de que podría no mejorar? Es como si me taparan la boca. Miento y sonrío una y otra vez. El “todo saldrá bien” sólo me hace sentir peor. ¿Por qué no paran con su optimismo y me escuchan? (M. Adahan) Según una investigación alemana la empatía se ve propiciada también por la sensación de afinidad que tenemos con la cultura y modo de vida de la otra persona. La tendencia humana básica consiste en apoyar más a aquellos con los que nos sentimos identificados. Una barrera significativa para cuando se trata de personas de grupos diferentes al nuestro. Como facilitadores de la empatía: • Escuchar con mente abierta y sin prejuicios • Prestar atención y mostrar interés por lo que nos están contando, ya que no es suficiente con saber lo que el otro siente • No interrumpir mientras nos hablan y evitar dar consejos en lugar de intentar sentir lo que el otro siente. • Habilidad para descubrir y reconocer al otro. • Avanzar lentamente en el diálogo para ayudar a la otra persona a vea lo que le ocurre con perspectiva. • Tener presente que frecuentemente la persona que nos habla no desea nuestra opinión, sino sentirse escuchada y comprendida. • Sentir respeto con los sentimientos y pensamientos de la otra persona y aceptar abiertamente lo que nos está contando. • Una actitud tolerante y paciente para aceptar, comprender y respetar las diferencias. La empatía no solo es útil en la relación de ayuda con los demás, también tiene aplicación en el liderazgo en las organizaciones, porque existe una relación significativa entre la empatía y el liderazgo, así como entre ésta y la atribución del liderazgo. Es decir que las personas con empatía son percibidas como líderes en mayor medida por sus compañeros En el ámbito laboral la empatía contribuye al clima emocional en la organización, y ello a su vez permite optimizar la toma de decisiones y mejorar el trabajo en equipo. ![]() Para todos los pensamientos representan la realidad, aunque, en ocasiones, la distorsionan generándonos emociones que condicionan nuestros actos. Una distorsión es un error al procesar la información que nos llega a través de nuestros sentidos, sobre nosotros mismos y el mundo. Pueden suceder por lo aprendido en una experiencia pasada que generalizando para el resto de la vida, pudiendo convertirse en una limitación. Algunos ejemplos de distorsiones son los siguientes: • Sacamos una conclusión sin evidencias e incluso con evidencias en sentido contrario, que nos llevan a: o Anticipación sin evidencia del futuro. o Creer saber lo que piensa la otra persona. • Enfocarse en algunos aspectos de la situación, sin tener en cuenta el resto. • Sacar conclusiones a partir de hecho aislado y utilizamos como regla en otras situaciones. • Sobreestimar lo negativo y/o subestimar lo positivo. • Asumir que uno mismo u otros han causado cosas directamente, sin evidencia alguna. • Pensar en términos de todo o nada o de blanco o negro. • Sacar conclusiones a partir de cómo nos sentimos. • Rechazar lo positivo sistemáticamente. • Rigidez al aplicar las reglas de nuestras obligaciones, independientemente del contexto. • Culpar a los demás o a uno mismo de los problemas, aunque no haya evidencia de ello. • Ver peligros donde no los hay. • Adaptar la realidad a nuestras ideas preconcebidas, para confirmarlas. Para poder paliar las consecuencias de estas distorsiones conviene identificar alternativas a lo que pensamos, intentando acercarnos a la objetividad. ![]() Degustar nuestros alimentos favoritos nos resulta emocionalmente agradables para muchos. Así la comida se convierte en algo más que nutrientes. Tras una buena comida, el cerebro libera una hormona asociada al placer llamada dopamina y nos sentimos bien con una sensación de calma y un estado letárgico en el que el ánimo tiende a ser positivo. En tales casos la comida funciona como un consuelo para momentos desagradables y como un premio para los buenos. De hecho, frecuentemente las festividades son celebradas con comida. En otros casos sentimos nostalgia saboreando los platos de ocasiones especiales. Sentimientos de tristeza, vergüenza o ansiedad pueden ser favorecidos con un alimento que sabíamos que no debíamos tomar, porque no era sano o, si estabamos a dieta, no forma parte de ella. El placer asociado al dulce es innato, mientras que el amargo y el picante son rechazados de forma natural por los bebés. Un ejemplo de ello lo podemos ver en el cine con la típica escena en la que, ante un problema sentimental, se busca consuelo con un bote de helado. Desde que siendo niños recibimos un caramelo para consolarnos y tranquilizarnos, la comida se transformó en emoción. Desde entonces la comida se utiliza para celebrar algo, calmarse, aliviar el aburrimiento, la tristeza o la angustia. Siendo una conducta difundida: tomar la tarta de cumpleaños porque lo contrario sería de mala educación, hacerse un homenaje con chocolates o dulces al acabar el trabajo, o tomar una caña o una copa al hacer vida social. En general ello no tiene por qué ser malo, salvo en los casos de vínculo emocional con la comida porque dependemos de esta para sentirnos bien. A veces, un gran apetito implica es cuando peor te encuentras emocionalmente. Lo orgánico no es lo único que regula el hambre y la cantidad de comida. También hay que tener en cuenta el estado de ánimo. Fuente: H. Post |
Santiago CherbitPsicologo Archives
Enero 2021
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