En ocasiones comunicamos malas noticias que pueden llegar a generar sufrimiento en la otra persona.
Para que ésta sea eficaz debe permitir a la otra persona • expresar sus emociones • resolverlas falsas fantasías sobre el problema • transmitir aspectos afectivos que no transmitan rechazo ni abandono • contener el posible estado de ansiedad de la otra persona permitiéndole afrontar el sufrimiento por la situación, consecuencia de : o la duda y el temor a lo desconocido o los problemas mientras se solucionan o que no tienen solución o la frustración e impotencia o la culpa o la depresión o la ira o la agresividad Porque afrontamos el dolor o el sufrimiento solo cuando estamos preparados. Frecuentemente omitimos algunos de los aspectos negativos del problema creyendo que la otra persona preferiría evitar las “malas noticias”, pero obviando la dignidad y el respeto de la otra persona: • Cómo percibirá las consecuencias del problema sin disponer de toda la información • Cómo tener esperanza desconociendo el alcance del problema o situación. Por otra parte, aceptar una realidad especialmente negativa requiere tiempo en función de la persona. Es decir, convendría, siempre que sea posible: • Preparar el ambiente más adecuado • Averiguar lo que sabe la persona sobre la situación y el problema • Identificar lo que el paciente desearía conocer • Facilitar la información correspondiente • Responder a sus sentimientos teniendo en cuenta lo que sería la verdad soportable. La información que facilita el conocimiento mencionado es un derecho ético de las personas.
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En una sociedad cada vez más exigente, trabajar en mejorar los niveles de autoconfianza es muy conveniente. Tener déficits en este aspecto no sólo causa dolor emocional, sino que nos predispone a actuar como personas que no se fían de sí mismas. Y eso, además de ser una fuente de problemas, hace que los demás nos traten como si necesitáramos ayuda para cualquier cosa.
Se trata de la sensación de nuestras capacidades y valor, para:
Las personas que confían en sus propias posibilidades suelen considerarse
Tal confianza está ligada a la "autoeficacia": la creencia de nuestra capacidad para actuar. Cuando creemos en nuestras capacidades suele mejorar nuestro desempeño en cualquier aspecto de nuestra vida, porque nos motiva, en parte, a esforzarnos y durante más tiempo, y a perseverar a pesar de las adversidades. De hecho, tendemos evitar las situaciones cuando tememos que podríamos fracasar, aunque tengamos las habilidades y destrezas necesarias. La misma idea de que «no puedo hacerlo» resulta paralizante y nos condiciona, llevándonos a parecer personas ineptas. Todo ell puede llevar a la indecisión crónica bajo presión, asustándonos ante cualquier amenaza sin saber comunicar nuestras ideas potencialmente útiles. La confianza en la propia persona nos facilita la idea de cuestionar las reglas y los procedimientos usuales, para roselver problemas nuevos. Ante una información de cualquier medio nos preguntamos si es solo eso, información, o si hay alguna intención en la manera en que nos ha sido presentada.
Por ejemplo dinamitando el sentido crítico de las personas:
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Santiago CherbitPsicologo Archives
Noviembre 2020
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