"Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo"
(L. Wittgenstein, 1921) Nuestras palabras, junto con los símbolos, son el soporte de nuestros pensamientos, que determinan la percepción de la realidad en la mente. Ello genera las emociones, generando cambios en el lóbulo parietal, donde nos vemos a nosotros mismos. De hecho, expresar palabras positivas y escuchar mensajes potenciadores favorece nuestra salud. Según M. Waldman, neurocientífio de la Universidad Loyola Marymount, el cerebro es más saludable cuando usamos "al menos tres expresiones positivas por cada una negativa". Existen técnicas cotidianas eficaces como
Fuente: María Fernández
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Santiago CherbitPsicologo Archives
Noviembre 2020
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