![]() El Senado instó al Gobierno a activar políticas para concienciar a la población de los problemas del suicidio en España, como consecuencia de su aumento creciente, que lo ha situado a la cabeza de las causas de muerte no natural, por encima de los accidentes de tráfico. Se considera suicidio todo caso de muerte que resulte directa o indirectamente de un acto positivo o negativo ejecutado por la propia víctima, a sabiendas de que habría de producir el resultado de muerte. El 90% de los casos presentaba algún tipo de trastorno mental, como causa de angustias y deterioro en importantes áreas del funcionamiento psíquico; afectando el equilibrio emocional, el rendimiento intelectual y la adaptación social. Respecto al resto de las casos a de señalarse el concepto materialista de la vida y la consiguiente insatisfacción que producen los fracasos. El suicida típico desea morir y vivir a la vez; desesperación, impotencia e imposibilidad de hacer frente a los problemas, agotamiento físico o psicológico, ansiedad, tensión, depresión, rabia, culpa, pérdida del interés por actividades normales, malestar físico, etc. El suicidio provoca diversos sentimientos y reacciones entre las personas estrechamente unidas con la víctima: sentimientos profundos de pérdida, acompañados con gran tristeza, de rabia por sentir que lo hacen a uno responsable de lo sucedido o porque la víctima rechazó lo que se le ofrecía, culpa, vergüenza o confusión, alivio por quedar libre de molestias y demandas insistentes de la víctima, el sentimiento de sentirse abandonado ambivalencia, reacciones de duda, obtención en negar que se ha dado el suicidio y posible en el superviviente.
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Santiago CherbitPsicologo Archives
Noviembre 2020
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