En origen somos egoístas y desarrollamos aversión a por el papel de "instintos" igualitarios en la historia evolutiva humana.
Por ejemplo, compartir comida entre las familias fue la regla en las sociedades a pequeña escala, y los sentimientos igualitarios desempeñan un papel en las sociedades contemporáneas de gran escala, que plantea de una transmisión cultural o incluso genética. Es probable que sea una parte importante para explicar cómo las personas son cooperativas, sea que la interacción social está condicionada por las preferencias de las demás personas, es decir, una preocupación por su bienestar. Las preferencias con respecto a los demás niños pequeños adoptan una forma particular: la aversión a la desigualdad que se desarrolla intensamente entre 7 y 8 años.
En todos los experimentos, la persona asignaba caramelos para sí misma y / o para la compañera:
Por ello, la evidencia para el comportamiento prosocial requiere que la población elija (1,1) significativamente por encima del 50%.
En cambio, si el motivo de igualdad impulsa el comportamiento en estas dos condiciones, la persona elige (1,1) en ambos tratamientos, evitando así las asignaciones desiguales (1,0) en la conducta prosocial y (1,2) en la conducta de la envidia. La evidencia del motivo de igualdad en el juego de la envidia nuevamente requiere que la población infantil elija (1,1) con una frecuencia significativamente superior al 50%.
Fuente: Fehr (2008)
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Santiago CherbitPsicologo Archives
Noviembre 2020
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