Desde bebés tenemos predisposición a ser sociales, mostrando interés en las demás personas y con motivación para interactuar con ellas.
Construimos los conceptos morales a través del contacto social que puede conllevar dañar el bienestar o a la justicia, y de ahí el descubrimiento del perjuicio y malestar emocional que causado, tanto si es a si mismos como a las demás personas. Durante el segundo año de vida, coincidiendo con la auto conciencia, comenzamos a expresar preocupación empática por la angustia y el dolor de las demás personas y mostramos conductas para aliviar la angustia. Con bebés de 2 años y medio de edad aproximadamente, Smetana y Turiel observaron si tenían sentido moral, planteando si obedecerían a un profesor que les pidiese 1) que pegaran a otros alumnos, que no pasa nada 2) que fueran en pijama a clase, que no pasa nada. Para averiguar si lo que se impone es la moral universal (pegar a otro niño es malo) o las convenciones sociales (ir en pijama a clase es malo). Respondieron mayoritariamente "NO" a la agresión y "SÍ" al pijama, aún sabiendo que no habría consecuencias negativas en ningún caso. Fuente: Killen y Rizzo, 2014 Zahn – Waxler y cols, 1992 Smetana (1983) y Turiel (1998)
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Santiago CherbitPsicologo Archives
Noviembre 2020
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