![]() La mayoría de padres y madres da mucha importancia a los estudios de sus hijos y aspira a convertirlos en brillantes. Pero no siempre tienen claro su papel y adoptan conductas erróneas. Según Joan Domènech, director del colegio Fructuós Gelabert de Barcelona; Benjamí Montenegro, del Equip Psicológic del Desenvolupament de l’Individu, y Ángel Peralbo, responsable del área de adolescentes del centro de psicología Álava Reyes, los desaciertos más habituales de los padres son los siguientes: 1. Ejercer de maestros muchos ayudan a hacer los deberes, estudian y les explican la lección, corrigen sus trabajos, etc. Si los niños se acostumbran a tener a alguien para trabajar se vuelven dependientes y en lugar de desarrollar iniciativa en los estudios, se relajan y esperan, y acaban necesitando a alguien que les tutorice constantemente". Según Benjamí Montenegro "el papel de los padres es el de auditores: controlar que el trabajo esté hecho, que la letra es correcta, que se respetan las reglas de presentación, que no se dejan cosas sin hacer, pero sin entrar en el contenido". 2. Querer Einsteins por el afán de sobreestimular a los niños para que desarrollen sus capacidades, lo suele tener efectos contraproducentes en forma de problemas de atención, de falta de concentración, de hiperactividad… "En ocasiones el nivel de exigencia de los padres es demasiado alto y puede provocar desmotivación, resistencias e incluso una autoestima baja". 3. "Los estudios ocupan el mayor porcentaje de las preocupaciones familiares y, por tanto, de las conversaciones del día a día, y muchos padres hacen que los estudios monopolicen la vida de los hijos; y si bien lo académico es la actividad que más tiempo les ocupa , son también esenciales otras facetas de desarrollo, como los deportes, todo tipo de actividades lúdico culturales, el ocio, los planes y las responsabilidades familiares, los amigos y las relaciones sociales, la afectividad dentro y fuera del ámbito de la familia…" 4. Premiar las notas. Las buenas notas se han de elogiar, aplaudir e incluso celebrar, pero nunca comprar, porque se convierte al niño en esclavo del estímulo material y, si a pesar de la recompensa prometida no triunfa, su sensación de fracaso y su malestar es mayor porque además de no conseguir su meta escolar se ha quedado sin regalo. El papel de los padres debe ser enseñar a tolerar la frustración y el fracaso y ayudar al hijo a que tome conciencia de la causa y adopte posibles soluciones para el futuro. 5. Buscar siempre trastornos neurológicos detrás de los fracasos escolares de sus hijos. Habitualmente aquellos que no son capaces de esforzarse con las tareas escolares también son incapaces de ordenar su habitación, de prepararse el bocadillo de la merienda, etc. y detrás de la falta de esfuerzo y motivación por los estudios lo que existe es una inversión de todo su tiempo en ocio, especialmente en ocio tecnológico". 6. Querer ir demasiado deprisa en el aprendizaje, en vez de entender la educación como un proceso a largo plazo. Llas dificultades y los errores son inherentes al aprendizaje y los niños lo que necesitan es paciencia y ánimo para continuar trabajando durante toda la etapa escolar. 7. No respetar la línea de la escuela. 8. Proyectarse en los hijos. "La escuela ha cambiado mucho y los niños también, y lo que a ti te gustaba del colegio o lo que tú aprendías entonces no tiene por qué ser un modelo de éxito para tus hijos". 9. Cuestionar a los profesores No apoyar a los maestros, mostrar constantemente el desacuerdo con el profesor en presencia de los hijos, es otra conducta errónea de algunos padres. 10. Hacer de detective. "Hay padres que rastrean los deberes, los trabajos, las fechas de los exámenes a través de las redes sociales o de los padres de otros niños para ver si el hijo hace o no sus tareas, y eso provoca desconfianza y no resuelve nada". Mejor es revisar con el niño la agenda y las tareas realizadas en cada asignatura y, si no se lo apunta para evitar el seguimiento, hablar con el tutor. 11. Solventarles los problemas de organización de sus hijos: "A las siete de la tarde el niño dice que falta tinta para imprimir el trabajo que ha de entregar al día siguiente y mandamos al abuelo que vaya corriendo a comprar un cartucho" en lugar de dejar que los hijos afronten esos problemas solos "aunque eso suponga entregar un trabajo tarde y que le bajen la nota, porque si de mayor entrega tarde la declaración de la renta le aplicarán un recargo, por mucho que diga que el banco se retrasó en enviarle el extracto de sus cuentas; así es la vida, y han de aprender a organizarse y solucionar sus problemas desde pequeños". 12. Vincular los deberesa castigos. El tiempo de realizar las tareas escolares debería ser un tiempo de tranquilidad y sosiego para trabajar y el objetivo debe ser educar a los niños en el placer de la lectura o del estudio y no convertir esas actividades en un castigo.
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Santiago CherbitPsicologo Archives
Enero 2021
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