![]() En Samoa, se daban y recibían regalos en los acontecimientos importantes de la vida social, además del matrimonio, los nacimientos, circuncisión, enfermedad, pubertad, ritos funerarios y comercio. Siendo un sistema de intercambio constante, inicio de un mercado donde no existía el dinero: alguien da un algo y espera que en ese momento o más tarde se le devuelva. Los Andamans (Isla del Norte) y los Pigmeos, deben aceptar el obsequio para generar un sentimiento de amistad. En ceremonias como el matrimonio los regalos crean un parentesco. Según el derecho Hihdú, lo que se da produce una recompensa: el donante recibirá en esta vida otra cosa igual y en la otra vida lo mismo pero aumentado. Nuestra vida actual incluye un comportamiento moral que incluye los regalos y las obligaciones, de manera que los regalos que no se devuelven transforman en inferior al que los acepto. La invitaciones y gestos amables deben devolverse, incluso hay que devolver más de lo que se recibió y el invitado tiene obligación de aceptarlo. Hacer regalos es un intercambio social y emocional que alcanza su punto álgido estos días en nuestra cultura, cuya clave consiste en ponerse en el lugar del otro, mirar más allá y ser creativo para darle lo que que quiere. El regalo permite transmitir un mensaje a la otra persona sin necesidad de palabras, y mantener y reforzar los lazos sociales. Hacer un regalo muy pensado y escogido genera mayores beneficios a la persona que lo hace porque en cierto modo pretende plasmar una parte de sí mismo en el objeto elegido. Nuestro cerebro activa ciertas áreas de bienestar cuando realizamos un regalo; y los beneficios cerebrales son mayores cuando damos que cuando recibimos. La experiencia puede ser tan positiva que aumente la autoestima. Elegir un regalo supone una carga mental, por lo que conviene: 1. Identificar la intención comunicativa del regalo. La motivación de los regalos es más importante de lo que parece, porque está estrechamente ligada a nuestras emociones. Con ellos se trata de: mostrar afecto a una persona, demostrar a alguien lo especial que es para nosotros, pedir perdón, dar las gracias, etc. 2. Culturas distintas del regalo La tradición familiar en torno a los regalos condiciona nuestra idea de que regalar o lo que esperamos que nos regalen. Por ejemplo, si se proviene de una familia que da más importancia a los regalos de Reyes, se desilusionará si el regalo elegido es algo insignificante o se le entrega en Navidad. Lo mismo ocurre con lo que se espera del regalo. El mejor regalo toca directamente las emociones. 3. Ponernos en el lugar de la otra persona Para averiguar lo que realmente desea la persona o lo que más le gustaría recibir no basta con conocerla, hay que sentir empatía con ella. En ocasiones confundimos lo que nos gusta a nosotros con lo que le gusta a los demás, porque creemos que lo que pensamos es lo mismo que piensa todo el mundo. Un regalo que consideremos "inadecuado" de una persona cercana, puede hacernos replantearnos la relación al creer que la persona no nos conoce bien. El lenguaje corporal puede evidenciar que no nos gustó regalo. Por ejemplo, "una sonrisa falsa; que sólo utiliza los músculos de la boca, y no los de alrededor de los ojos". "Evitar el contacto visual, mirar hacia abajo, lejos o a la puerta, y suelen eliminar rápidamente el regalo de la vista".
1 Comentario
Gabriela
12/8/2016 05:42:10
¿Qué significa que una persona SIEMPRE que regala algo, le deja el precio?
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Santiago CherbitPsicologo Archives
Noviembre 2020
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