En ocasiones comunicamos malas noticias que pueden llegar a generar sufrimiento en la otra persona.
Para que ésta sea eficaz debe permitir a la otra persona • expresar sus emociones • resolverlas falsas fantasías sobre el problema • transmitir aspectos afectivos que no transmitan rechazo ni abandono • contener el posible estado de ansiedad de la otra persona permitiéndole afrontar el sufrimiento por la situación, consecuencia de : o la duda y el temor a lo desconocido o los problemas mientras se solucionan o que no tienen solución o la frustración e impotencia o la culpa o la depresión o la ira o la agresividad Porque afrontamos el dolor o el sufrimiento solo cuando estamos preparados. Frecuentemente omitimos algunos de los aspectos negativos del problema creyendo que la otra persona preferiría evitar las “malas noticias”, pero obviando la dignidad y el respeto de la otra persona: • Cómo percibirá las consecuencias del problema sin disponer de toda la información • Cómo tener esperanza desconociendo el alcance del problema o situación. Por otra parte, aceptar una realidad especialmente negativa requiere tiempo en función de la persona. Es decir, convendría, siempre que sea posible: • Preparar el ambiente más adecuado • Averiguar lo que sabe la persona sobre la situación y el problema • Identificar lo que el paciente desearía conocer • Facilitar la información correspondiente • Responder a sus sentimientos teniendo en cuenta lo que sería la verdad soportable. La información que facilita el conocimiento mencionado es un derecho ético de las personas.
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Santiago CherbitPsicologo Archives
Enero 2021
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