Frecuentemente nos resistimos a contar nuestras cosas a una persona desconocida, temiendo que nos juzgue o que no llegue a entendernos.
Tenemos miedo a lo que no conocemos. Tanto es así que, aun sintiéndonos mal, preferimos intentar que desaparezca por sí solo, lo que podría agravarlo. Seguimos pensando en términos de “loqueros” y “manicomios”, y que solo las personas perturbadas o débiles necesitan ayuda, como un fracaso en la vida. Contarlo activa el miedo al juicio humillante de los demás. Las personas que acuden a terapia psicológica no están locas; necesitan saber cómo afrontar sus problemas actuales. Una encuesta europea refleja un cambio de tendencia ya que las generaciones actuales y las mujeres están más dispuestas a ir a terapia y a no ocultarlo. Van entendiendo su utilidad para enfocar los problemas (trabajo, pareja, etc.), eliminar hábitos nocivos, fobias y obsesiones, tratar el estrés, la ansiedad y la depresión, etc. Ello es importante dado que según la Organización Mundial para la Salud (OMS) el 10% de la población mundial presenta un trastorno de depresión o ansiedad, porque cada vez más las personas tienen más dificultades:
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Santiago CherbitPsicologo Archives
Noviembre 2020
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